Y la campanilla sonó… ¡nueve veces!

Las "montoneras" brindan terapia a quienes padecen la irresistible tentación de revolver compulsivamente
Las “montoneras” brindan terapia a quienes padecen la irresistible tentación de revolver compulsivamente

Ya era mediodía bien pasado cuando el sonido de la campanilla de los primeros mil euros alegró, con mucha cautela, la cara de las voluntarias. Casi tres horas de Rastrillo, ¿y solo hemos recaudado mil euros? Hoy va a ser la ruina. La gente se resistía a acudir a La Alameda y cuantos venían del paseo marítimo nos decían que por allí no cabía un alfiler. ¡Qué le vamos a hacer! Tendremos que idear nuevos cauces de comunicación para dar a conocer el Rastrillo, sugería María Eugenia, no se justifica el soberbio esfuerzo que estos supone para tan poco fruto.

El sol se resistía a penetrar entre los frondosos árboles por eso la ropa de invierno se hacía muy apetecible
El sol se resistía a penetrar entre los frondosos árboles por eso la ropa de invierno se hacía muy apetecible

Aparecen los amigos de la prensa. SUR y RTV Marbella; les manifestamos nuestra desolación: la mañana va fatal; el año pasado en esta edición del Rastrillo conseguimos recaudar 9.000 euros y este año apenas estamos superando los mil cuando ya han pasado las mejores horas de la mañana.

La sección de libros cada edición mejor organizada, se nota la influencia "alemana"
La sección de libros, mejor organizada en cada edición, se nota la influencia “alemana”

Sin saber bien por qué, entre las 12.30 y las 14.00 pasamos de tocar la primera campanilla a tocar hasta la cuarta. En hora y media pasamos de 1.000 a 4.000 euros. Bueno, menos da una piedra; ahora tras la hora de comer llega la gran caída de personas y por tanto de venta. La paella preparada por nuestros compañeros de Arama estaba especialmente apetitosa y pronto agotaron las existencias.

De la paella de Arama no quedó ni un grano. No era de exrañar, estaba de rechupete
De la paella de Arama no quedó ni un grano. No era de exrañar, estaba de rechupete

La siesta es sagrada en nuestra tierra, pero el paseo marítimo seguía abarrotado. A las 5 de la tarde, en todos los relojes de la tierra, seguiamos sin mover la campanilla;  el cansancio, el frío y el entumecimiento comenzaba a hacer acto de presencia entre nuestras más de 70 voluntarias que ayer decidieron pasar su puente en el parque.

La fuente del parque enmcarca la sección de menudencias domésticas
La fuente del parque enmcarca la sección de menudencias domésticas

La misma locura que se había producido al final de la mañana se repitió al final de la tarde cuando los ánimos coqueteaban ya con las pardas hojas que alfonbran los suelos. Entre las 5 y las 7, aquello no había oscuridad que lo parase, la campanilla sonó una quinta vez, una sexta, una séptima, ¡estamos soñando!, casi todas las secciones recogiendo y sonó una octava vez, sólo la sección de percheros abierta, la menos compleja de recoger… ¡y sonó la campanilla de los 9.000 euros! Prueba superada. Igualamos la recaudación del año pasado en esta misma fecha.

¿Es que nadie va a adoptarme? ¿Otra vez al almacen a pasar frío?
¿Es que nadie va a adoptarme? ¿Otra vez al almacen a pasar frío?

Ahora queda la ardua tarea de volver a empaquetar cada producto, rotular y cerrar cada caja, plegar las mesas, cargar las furgonetas, llevar todo al almacén, dejarlo ordenado para el siguiente Rastrillo, entregar las furgonetas para no pagar un día más de alquiler y retirarse a dormir. ¿A dormir? A veces no es fácil. Las imágenes, las articulaciones doloridas y el cansancio no ayudan. Por suerte, mañana, hoy, es festivo.

Misión cumplida, qún queda trabajo por delante
Misión cumplida, qún queda trabajo por delante

Gracias, guerreras. Nunca debemos sumirnos en el desánimo. Al final, el esfuerzo siempre es recompensado. ¡Hasta el 1 de febrero!

La exquisita artesanía es producto de la infinita paciencia y buen hacer de Ana María
La exquisita artesanía es producto de la infinita paciencia y buen hacer de Ana María