El manteo de San Lorenzo: caliente, caliente
Dice la tradición que el 10 de agosto, festividad de San Lorenzo, es el día más caluroso del año conmemorando que este diácono romano fue martirizado en una parrilla tal día del año 258 de nuestra era. Tres días faltan para el 10 de agosto y en Horizonte hemos celebrado un manteo calentito, no sólo por la temperatura exterior, en alerta amarilla por el terral, sino más bien por la interior que ha originado el pase a la fase de comunidad terapéutica de Benjamín (nombre supuesto), uno de nuestros chicos del piso.
Ya hemos contado en esta Web que el manteo es la ceremonia que tiene lugar cuando quienes siguen el Programa Base de Proyecto Hombre pasan de la primera fase, la de acogida, a la segunda, la de comunidad terapéutica. De allí volverán a la tercera, llamada de reinserción, y a su término se graduarán. Manteo y graduación son dos momentos de viva emoción en nuestra sede. En la primera no sólo los compañeros lanzan cariñosamente al aire a quien pasa de fase sino que, inmediatamente, se forma la popular rueda: usuarios, familias, terapeutas y voluntarios expresan su cariño y su ánimo al manteado y finalmente este agradece el apoyo y expresa ante todos sus sentimientos.
Cada persona es un mundo, y si siempre esta celebración supone un motivo de crecimiento personal para cuantos asistimos a ella, hay ocasiones en las que más que un crecimiento se produce un estirón y eso ha ocurrido esta mañana. Benjamín es un campeón apenas superada la adolescencia que nos ha dado una lección de fuerza, coraje, valentía y superación de obstáculos. Estamos seguros de que llegará a la graduación, cuando toque, y de que será un ciudadano ejemplar y un factor de felicidad para cuantos le rodeen. Lo que antes fue un tenebroso infierno lleva camino de ser una luz de esperanza.
Jose
7 agosto 2013 @ 17:43
Felicidades a ” Benjamin”
Andres
9 agosto 2013 @ 17:14
Llevo 21 años asistiendo a manteos y graduaciones.Y no me acostumbro.La emoción siempre me embarga. Ver el último manteado, abrazado a su padre y a su madre llorando por la alegría de haber superado la fase de Acogida es algo que no tiene precio; Si, hay una salida.