Repasos de agenda (*)

IMG_9026

Hay dos hábitos ancestrales que la invasión de la tecnología no ha conseguido que destierre: llevar agenda anual en papel y comprar el periódico impreso los fines de semana. También me sigue resultado más confortable leer libros en papel que en el artilugio electrónico que pretende sustituirlos aunque alterno ambos soportes. La agenda en papel, que luego guardo cuidadosamente durante años, me permite llevar casi un diario porque en ella no solo anoto lo que he de hacer en los próximos días, semanas o meses sino lo más significativo de cada día que transcurre. No son pocas las personas conocedoras de este hábito conservador que me consultan cuándo ocurrió tal o cual acontecimiento común. Cuando llega diciembre siempre tengo dos agendas en mi mesa de trabajo: la del año que se va despidiendo y la del nonato porque ya resulta necesario ir incorporando en ella compromisos y citas.

Hojeando las 52 semanas ya garabateadas compruebo contenidamente satisfecho que 2015 no ha sido un mal año para los proyectos que me propuse cuando abrió su puerta de entrada, es más, ha resultado mejor de lo pronosticado. Mi vida está inseparablemente unida a la asociación en la que milito con honor y gratitud: Horizonte. Honor porque pertenecer a ella me enaltece y dignifica. Gratitud porque me enseña constantemente y da profundo significado a mi vida. No abandono otros roles personales como los relativos a la propia condición de ciudadano, a la de miembro de una familia separada en lo geográfico pero unidísima en el afecto, a la de amigo de mis amigos, de antes o de ahora, los lejanos y los cercanos, y los derivados de ser un insaciable aprendiz de todo y por tanto maestro de nada. Me apasiona el momento que vivimos, con todas sus carencias y miserias, porque lo encuentro vivísimo, en cambio permanente y rico en posibilidades.

Este entrañable rincón para la reflexión breve y a pecho descubierto que los oyentes me permiten compartir cada dos semanas, tiene su razón de ser en el quehacer de la asociación a la que represento, si bien procuro en mis devaneos quincenales no ceñirme estrictamente a ello para no aburrirlos pero hoy quiero concluir este pregón navideño confesando aquellos hitos que durante el paseo escrutador por las hojas del dietario han brincado como queriendo llamar mi atención sobre la mera rutina.

La idea de prevención, en el sentido de anticipación a un riesgo, inconveniente o dificultad para evitarlo o paliarlo, rezuma por doquier, enriquecida con un concepto más moderno y ambicioso aún, el de desarrollo positivo: actuar no solo para evitar posibles daños sino para identificar y desarrollar las facultades y fortalezas de cada persona; trabajar no desde el déficit sino desde la abundancia potencial. La mayor parte de los esfuerzos que ha realizado Horizonte este año se han centrado en ello, siendo Pivesport el más claro exponente de este cambio de paradigma en el enfoque de las conductas insanas y antisociales. Acabamos el año henchidos de esperanza e ilusión hacia el futuro porque sabemos que la meta se mueve con el andar pero que la dirección emprendida es la correcta. Dicho de otro modo, la escalera es infinita pero está apoyada en la pared adecuada. Gracias por todo lo que nos dan, por todo lo que nos dais. Feliz Navidad.

(*) Por Luis-Domingo López. Artículo que se emite hoy por Onda Cero Marbella.