Un día en la Comunidad Terapéutica de Proyecto Hombre

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Los costarricenses tienen un lema corto y conciso que aplican a su país y a sus mejores situaciones: ¡pura vida! Eso mismo es lo que se vive en la Comunidad Terapéutica de Proyecto Hombre en Algarrobo Costa en la que los usuarios del Programa Base de toda la provincia de Málaga realizan su segunda fase. Regina y Luis Domingo llevábamos tiempo queriendo compartir una jornada con ellos y con sus terapeutas y sin pretenderlo lo hicimos coincidir con acontecimientos poco habituales: eliminación poco honrosa de la selección española de fútbol en el Mundial y proclamación del Rey Felipe VI. En verdad elegimos un día perfecto: luminoso, soleado y al ser jueves no sólo experimentamos lo cotidiano en la vida de la Comunidad sino la incorporación de tres nuevos chicos: de Málaga, Vélez y Antequera, con sus respectivas familias que pasan el primer día junto a ellos.

A la entrada, por la puerta equivocada como debe ser en una primera visita, tres polos veraniegos coloridos saltaron raudos de entre una cuarentena de jóvenes y talluditos que escuchaban atentamente la charla de una doctora sobre vida saludable: eran “nuestros niños”, los tres marbelleros que se encuentran ahora en esta segunda fase. Abrazos y besos de alegría y afecto. Más abrazos y besos a todo el equipo de terapeutas, y… la gran noticia: ellos tres os van a mostrar toda la casa y el entorno. Y bien que lo hicieron sin dejar detalle alguno por el camino. Hemos aprendido más del programa terapéutico en una mañana compartida con tres personas plenas de ilusión y esperanza en su futuro que en meses leyendo documentos y libros sobre el funcionamiento de una CT.

A la 1 de la tarde fuimos llamados al comedor para dar la bienvenida a los tres “reclutas”: acto lleno de emotividad, temor y confianza a la vez por quienes entran en un mundo desconocido para ellos. Palabras y canciones de bienvenida que disuelven miedos y fomentan certidumbres. Sin apenas pausa, almuerzo comunitario. Hambre no pansan, los angelitos: tres platos y tres postres. Así están de sanos y lustrosos. El comedor, que es sala multuisos vuelve a adoptar configuración de salón de actos: como en el teatro moderno el escenario cambia sobre la marcha movido por los propios actores. Nos autorizan, a petición propia y previa consulta a los interesados, a participar en grupos de autoayuda. Regina en uno y Luis Domingo (Juan Damián según Paula) en otro. Se nos hace cortísimo. Es un instrumento de enorme valor educativo y terapéutico.

Y va llegando la hora de terminar la ronda. ¡Lastima! Nuestros cicerones guías nos muestran el huerto y el aula que no habíamos tenido tiempo de visitar por la mañana. Algunos pudimos ver por primera vez en la vida las pipas de girasol fuera de una bolsita de plástico, sin sal, y en su propia flor. Gracias a todos. Nos habéis demostrado con ¡pura vida! que la Comunidad Terapéutica de Proyecto Hombre en Málaga es una casa de familia numerosa, bien avenida, dispuesta a aprender, ayudar, querer y dejarse querer, crecer y superar lo que un mal día se convirtió en pesadilla. Os queremos y os necesitamos.