Hay cambio; hay esperanza; hay Proyecto Hombre

Rubén, un usuario graduado del Programa Base de la Asociación Horizonte Proyecto Hombre Marbella nos relata, en primera persona, cómo ha vivido esta experiencia de transformación.

Hola a todos. Lo primero que voy a hacer es presentarme. Me llamo Rubén y he sido usuario de Horizonte Proyecto Hombre. Os voy a contar cómo ha sido mi experiencia y qué es lo que he sacado en claro de todo este proceso.

Cuando llegué a la asociación, padecía una gran falta de autoestima; de valores personales y sociales. No tenía ilusión por nada. Mi vida estaba acabada; no tenía sentido ni luz y tampoco me encontraba a gusto conmigo mismo porque mi forma de actuar me había apartado de mi familia, de mis amigos, de la sociedad.

Los primeros pasos fueron duros. No comprendía qué es lo que se pretendía con la forma de trabajar y actuar; con las normas y funciones que estaban establecidas. Pensaba que eso no iba a ser bueno para mi cambio personal; para lo que yo iba a hacer allí. Poco a poco, fueron pasando los meses y comencé a experimentar un cambio que, aunque yo no era consciente de ello, si que lo estaban notando los que me veían desde el exterior como mi familia y amigos. Sentían que mi proceso estaba tomando color.

“Comencé a darme cuenta que cumplir las normas y seguir las instrucciones de los terapeutas era lo más importante para poder avanzar y conseguir mi meta: luchar y llegar al cambio”

En los meses iniciales empecé a establecerme como usuario y a comprenderlo todo. Comencé a darme cuenta que cumplir las normas y seguir las instrucciones de los terapeutas era lo más importante para poder avanzar y conseguir mi meta: luchar y llegar al cambio al terminar el programa, haciéndolo todo lo mejor posible; interiorizando toda la materia. No me importaban las consecuencias de abrirme para que me pudieran ayudar; era lo principal.

Tras realizar las tres fases del programa y acabarlo con éxito, donde más sentí que tenía que trabajarme mi interior fue en la Fase de Comunidad. Allí fue donde me dí cuenta de los valores que estaba empezando a adquirir y la ayuda que estaba recibiendo por parte de todos mis compañeros y terapeutas.

Después llegó la tercera y última fase del programa, la Fase de Reinserción. Aquí me encontraba más cerca de mi meta, pero siempre alerta. Estaba más seguro de mí mismo y no tenía miedo para afrontar los problemas que me pudieran pasar porque me sentía libre para aplicar todo lo que había aprendido este tiempo.

Cuando terminé todo el proceso en el día de mi graduación, se me pasaron por la cabeza todas las experiencias, situaciones, anécdotas, trabajos, problemas, etc. Se produjo de una manera rápida. Inconscientemente lo tenía presente en mi cabeza; ahí grabado y lo estaba viendo. Fue algo muy emotivo.

“Estaba más seguro de mí mismo y no tenía miedo para afrontar los problemas que me pudieran pasar porque me sentía libre”.

Con estas palabras lo que me gustaría decirles a todas las personas que lean esto es que hay solución; hay cambio; hay esperanza; hay Proyecto Hombre. Creo que todo el mundo, no solo las personas que padecen adicciones o problemas de comportamiento, deberían conocer lo que pueden llegar a hacer todas las personas que trabajan en la asociación. Dejarse en manos de ellos y sentir la fuerza del cambio. Recomiendo a todo el mundo que lo pruebe y que no se echen atrás; que sean valientes y que vayan a pedir ayuda porque allí estarán en buenas manos. Sus vidas darán un cambio radical.