Vivir los Valores: El Respeto

  Dentro del Programa de Formación Permanente del Voluntariado que Horizonte Proyecto Hombre Marbella desarrolla a lo largo de todo el año, ayer tuvo lugar una sesión extraordinaria impartida por Miryan Ramírez, Coordinadora Terapéutica y del Programa de Calidad de Proyecto Hombre Málaga: “Vivir los Valores: El Respeto”.

Durante dos intensas horas fue desgranando lo que este Valor, tan olvidado e incluso erróneamente desprestigiado en nuestros días, comprende. Con un enfoque moderno, de fácil interiorización y estimulando la particpación activa y continua de todos los asistentes, comenzó invitando a tomar conciencia de la actitud que como observadores de la realidad adoptamos de forma generalmente inconsciente, automática, plagada de prejuicios y estereotipos. En realidad, no sabemos cómo son las cosas, sólo sabemos cómo las observamos, de forma que una misma realidad puede ser descrita de forma muy distinta en función del observador.

  En segundo lugar, se centró en los elementos que nos hacen a cada uno de nosotros “ser diferentes”: no hay dos seres iguales. Las distinciones, los jucios, la narrativa que nosotros mismos nos hacemos del entorno, las inquietudes que nos acompañan a lo largo de la vida y los tipos de enfoque que le damos a cada circunstancia constituyen los identificadores de nuestra diferencia respecto de todas las demás personas que nos rodean.

Finalmente, y dentro de la multitud de posibles definiciones o caracterizaciones que existen respecto a este elemental Valor para una convivencia pacífica y enriquecedora, eligió la que mejor puede comprenderse: respetar signifca aceptar la diversidad humana que piensa y tiene creencias diferentes a las mías; respetar significa aceptarme primero a mí mismo y después a los demás; respetar significa “querer, querer”.

Como ocurre siempre que en una sesión no hay un sólo emisor y unos receptores pasivos del mensaje, sino un grupo que interactua permanentemente y comparte con libertad lo que siente, cómo expresa sus dudas y temores, sus dolores y sus placeres, sus desavenencias y sus afectos, el tiempo acabó siendo corto. Los pequeños corrillos de debate se prolongaron hasta pasadas las ocho de la tarde. Y habíamos comenzado a las cinco. Gracias Miryam, esperamos compartir más Valores contigo.