EL ORGULLO DE VER LO QUE PODEMOS LOGRAR ENTRE TODOS

Cena en la Comunidad Terapéutica “Padre Benito Gil”

Por Noemí de Diego Cuevas (Terapeuta y Equipo de Prevención)

Comunidad Terapéutica “Padre Benito Gil”, en Algarrobo-Costa (Málaga).

“Creo que casi todos tenemos en nuestro recorrido vital recuerdos de determinados lugares que se convierten en algo muy especial, sitios a los que uno vuelve (física o mentalmente) y siempre logran despertar multitud de emociones y sentimientos. Para mí, uno de ellos es la Comunidad Terapéutica “Padre Benito Gil”, en Algarrobo-Costa (Málaga). En ella, los usuarios de nuestro recurso Programa Base realizan la segunda de las fases encontrándose con compañeros del resto de la provincia de Málaga.

“… crean una atmósfera única y la certeza de que es allí donde tienes y quieres estar y
que hay que seguir luchando porque siempre merece la pena”.

Este viernes 14 de diciembre, como cada año por estas fechas, ha tenido lugar su tradicional cena de Navidad que ofrecen para colaboradores, voluntarios, alumnado en prácticas y terapeutas. En representación de la Asociación Horizonte Proyecto Hombre Marbella hemos acudido Pilar y Teresa (voluntarias), David (graduado) y yo, en nombre de mis compañeros terapeutas y responsables de la Vivienda de Apoyo al Tratamiento.

Durante semanas, los usuarios que allí residen junto con sus terapeutas y voluntarios, preparan cada detalle para que todo sea perfecto, entrañable, algo difícil de olvidar. 

Desde la llegada, en el mismo aparcamiento donde nos esperan algunos chicos a pesar del frío, te hacen sentir como en casa. Nos acompañan hasta la entrada del edificio y nos acogen y reciben como alguien hace con un familiar o ser querido, pendientes unos y otros de todo el que va llegando hasta que pasamos al comedor. 

Antes de empezar a cenar hay un tiempo para “compartir”, expresar en voz alta lo que cada uno quiera. Son aportaciones breves, por parte de residentes o invitados, pero que crean una atmósfera única y la certeza de que es allí donde tienes y quieres estar y que hay que seguir luchando porque siempre merece la pena.

La cena la sirven un grupo de usuarios que voluntariamente se ofrecen y que no paran en ningún momento, aunque a ellos les suponga no poder estar sentados con nosotros ni comer hasta que todos nos vamos.

En el cierre de la noche ellos, “nuestros chicos”, vuelven a ser los protagonistas. Durante un rato nos hacen reír y llorar de emoción, con una actuación que preparan a contrarreloj entre el ritmo frenético que tiene la Comunidad a diario. Este año nos han entretenido con un divertido “teatrillo” para, a continuación, dejarnos a todos con la boca abierta y los vellos de punta interpretando, en riguroso directo, un rap (acompañado de trompeta, guitarra eléctrica y baile) cuya letra es digna de admiración.

“ …. el orgullo de ver lo que podemos lograr entre todos…”

Con el agradecimiento a las personas que han hecho las donaciones para que la cena de esta noche sea posible y una mención especial a los compañeros del Programa de Menores de Proyecto Hombre Málaga, llega el momento de la despedida. Los besos y abrazos tan propios de esta Casa, la ilusión de un gran rato con los nuestros y el orgullo de ver lo que podemos lograr entre todos.

Por nuestra parte, agradecer y dar la enhorabuena a la Comunidad por el trabajo y la experiencia vivida. Personalmente, reconocer a “nuestros chicos de Marbella “Juan, Carlos, Francisco, Alberto y Marcos la acogida, la atención y el cariño. Sois unos valientes y muy, muy especiales.”